Ana, Irene y Paula se conocen desde que son pequeñas y se llevan genial. Son chicas extrovertidas, cariñosas y estaban ilusionadas con la sesión. Me preguntaron un montón de veces que se ponían, me mandaron fotos para ir conjuntadas… estaban super felices y sin embargo cuando llegamos al campo, les entró una vergüenza tremenda y se pusieron muy nerviosas.
Cuando me ocurre estas cosas, siempre les hago caminar… suele ser la primera foto que tiro.


Después de romper el hielo, comienzo con las dinámicas más activas, juegos grupales en los que yo permanezco lejos para que vayan confiando en mi y en la cámara. A ellas les vino muy bien y enseguida se soltaron y empezaron a ser ellas mismas.
Después de recordar anécdotas, juegos de la infancia y pasar alguna que otra prueba… ellas ya estaban en su salsa y comenzamos con las fotos más posadas, más intimas.


Y ya metidas hasta el fondo, comenzamos los momentos Instagram