A los García González no les gustaba las fotografías posadas, querían fotos naturales, divertidas… que mostrasen el cariño y el amor que se procesan.
Según investigué la pequeña de la casa es muy extrovertida, dicharachera y divertida. Le encanta la moda, maquillarse y hacerse fotos. Así que con ella estaba segura que no iba a presentar ningún problema.
El mayor es más tímido, le encanta leer, jugar a videojuegos y con 11 años, según su madre, ya tiene síntomas de preadolescente. Así que él si que podía llegar a ser un gran reto porque ya sabemos que cómo digan que no, es que no.
Ese día de agosto hacía muchiiiiiiiisimo calor, que en la Mancha es lo normal, pero ese día era de los que apretaba de verdad y en campo abierto y sudando la gota gorda no iba a ser una sesión cómoda, así que decidimos acercarnos a un pinar.
Para quitar el miedo a la cámara, les mandé andar y al poquito les comencé a hacer preguntas sobre su vida diaria. Los mejores momentos, la palabra preferida por mama para regañarlos….

Después les propuse juegos donde se garantizaba la proximidad entre ellos y los momentos de complicidad



Lo que siempre busco en las sesiones familiares es que todos sus miembros conecten, se sientan a gusto mostrando sus sentimientos delante de mi… pero sobre todo que se lo pasen muy bien. Que sea un rato que recuerden con una sonrisa.